domingo, 31 de enero de 2016

Relato: The Paper Street dialogues (II)

Por: Orlando Nuñez



 2.

—¿Cómo comenzar?

—Bueno, primero necesitaríamos un espacio, pero no sólo un salón de clases, un espacio amplio, un patio grande, pizarrones, muchos libros, de artes, literatura, de ciencias, juegos, juguetes, pelotas, balones, instrumentos musicales.
Él les enseñaría leer, ella a encontrarse a sí mismos, alguien más les enseñaría matemáticas, alguien química, alguien biología, alguien a dibujar, otros les enseñarían las maravillas de la ingeniería, alguien les mostraría un uso genial de la tecnología, alguien les daría clases de deportes, muchos profesores de distintas disciplinas.

—¿No estarían enseñando entonces lo mismo que en cualquier otro sistema?

—¡No!, hay que hacerlo diferente, las instituciones han tomado la educación como un proceso mecánico, una industrialización de la mente y han logrado en muchas personas suprimir la que yo considero una de las más grandes virtudes humanas: la curiosidad, el gusto por aprender. Imagina entonces un lugar que, como en Grecia, los niños pudieran hallarse gustosos y libres de explotar y de potenciar esa curiosidad, y nosotros como mentores ayudando, explicando, fomentando esa necesidad de saber, nunca reprimiendo, nunca dándoles un falso sentido de la responsabilidad.

—¿La curiosidad como la más grande virtud humana?

—¿Nunca has experimentado una abstracción total en alguna actividad?, ya fuese cuándo niña o ahora como adulta, un momento en donde el tiempo desaparece y sólo estas tú y esa tarea fascinante.¿Nunca has sentido satisfacción al dar respuesta a algo que no comprendías?... El proceso de aprendizaje verdadero inicia gracias a la curiosidad, el proceso de creación inicia por la inquietud de hacer algo lo más perfecto, exacto y estético posible. Yo lo he experimentado algunas veces, la mente es capaz de expandirse y abarcar todo lo que le es necesario para cumplir su deseo y esa expansión puede incluso percibirse visualmente, un escritor, un artista, un pensador vueltos un caos, textos, información, colores, pinturas, lápices, herramientas por todos lados tratando de llegar a una conclusión, a un algo que por pequeño que sea te es necesario obtener, una pequeña y personal obra maestra.

—¿Tú realmente supones que un niño pueda llegar a ese punto? A donde sólo han llegado quienes se han vuelto maestros en su arte.

—Nadie puede estar más cerca de eso que un niño, su inocencia, su falta de miedos y prejuicios le permitirían hallar dentro de sí muchas cosas, ¿Por qué no pensar que a los 18 años se sentiría completamente seguro/a de qué quiere hacer con su tiempo? La escuela sería un lugar en dónde su mente por fin podría expandirse en vez de ser encerrada por un proceso mecánico de tareas y actividades que no le satisfacen. El sistema educativo no es un enemigo pero sus intenciones están mal encauzadas.

Parte I: http://tertulia-animal.blogspot.mx/2016/01/reflexion-paper-street-dialogues.html

1 comentario:

  1. Desafortunadamente México ha ido hacia atrás en cuestiones educativas. ¿Dónde quedaron los ideales vasconcelistas? Sepultados en el escritorio de algún burócrata seguramente.

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